

FIYU
El cacao, conocido como el "alimento de los dioses," ha sido apreciado desde tiempos antiguos por su riqueza y profundo significado cultural.
Los mayas y aztecas lo usaron una vez como moneda y en bebidas ceremoniales, y en Ecuador, ha desempeñado un papel clave en la economía del país.
Su cultivo es un proceso fascinante: de las miles de flores que florecen en un árbol de cacao, solo unas pocas logran convertirse en fruto.
Esta rareza inspira la ilustración del empaque, donde una sola flor emerge entre los granos de cacao, simbolizando la magia de este ciclo. El tono amarillo evoca el color vibrante del cacao maduro, mientras que los degradados dorados rinden homenaje a su apodo, “pepita dorada.”
FIYU
El cacao, conocido como el "alimento de los dioses," ha sido apreciado desde tiempos antiguos por su riqueza y profundo significado cultural.
Los mayas y aztecas lo usaron una vez como moneda y en bebidas ceremoniales, y en Ecuador, ha desempeñado un papel clave en la economía del país.
Su cultivo es un proceso fascinante: de las miles de flores que florecen en un árbol de cacao, solo unas pocas logran convertirse en fruto.
Esta rareza inspira la ilustración del empaque, donde una sola flor emerge entre los granos de cacao, simbolizando la magia de este ciclo. El tono amarillo evoca el color vibrante del cacao maduro, mientras que los degradados dorados rinden homenaje a su apodo, “pepita dorada.”
El cacao, conocido como el "alimento de los dioses," ha sido apreciado desde tiempos antiguos por su riqueza y profundo significado cultural.
Los mayas y aztecas lo usaron una vez como moneda y en bebidas ceremoniales, y en Ecuador, ha desempeñado un papel clave en la economía del país.
Su cultivo es un proceso fascinante: de las miles de flores que florecen en un árbol de cacao, solo unas pocas logran convertirse en fruto.
Esta rareza inspira la ilustración del empaque, donde una sola flor emerge entre los granos de cacao, simbolizando la magia de este ciclo. El tono amarillo evoca el color vibrante del cacao maduro, mientras que los degradados dorados rinden homenaje a su apodo, “pepita dorada.”











